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11.01.2014 12:27

 

    Para comenzar a versar sobre este tema, me parece adecuado recordar la definición que recoge la RAE sobre la palabra intrusismo: Ejercicio de actividades profesionales por persona no autorizada para ello. Puede constituir delitos.

 

    Al ser el periodismo una disciplina meramente práctica, lo único que hace falta es motivación y “algo que contar”. Nos encontramos con un problema serio, la nuestra, es una disciplina englobadora. El periodista, ha de generar las suficientes aptitudes como para hacerle frente a cualquier tipo de noticia, sea del ámbito que sea.

Aquí comienza la primera incógnita, el periodismo es una profesión neutra y hoy en día cualquiera puede ejercer de periodista. Lógicamente, un matemático se enfrentará mejor a una noticia que a su ámbito le corresponda, que un periodista. Por eso la nuestra, también es una disciplina en la que es necesaria una especialización, especialización que puede conseguirse bien cursando otro grado o bien entre libros. Siendo tan global y tan poco específica, pienso que el periodismo es una disciplina débil y que es absolutamente necesario una complementación, para que el periodista llegue al grado de competitividad requerido en los medios de comunicación.

 

    He de admitir que nuestro ejercicio es poco valorado, ya que hoy en día en la sociedad en la que vivimos, lo único que hace falta para “ser periodista” son ganas de escribir. A día de hoy, y gracias al boom de las redes sociales cualquiera es periodista. Aquí entramos en un debate sobre en que se diferencia un periodista profesional de una eminencia en twitter con más de 100.000 seguidores, por ejemplo. Otra de las preguntas que podemos hacernos en cuanto al intrusismo se refiere es ¿Hace falta el título de periodista para ejercer la profesión? Si la respuesta a esta pregunta fuera sí, nos encontraríamos con que el mejor reportero del siglo XX ( Kapuscinski ) no podría ejercer de periodista, ya que él era historiador.

 

 

Carlos Cano.

11.01.2014 12:35

 

    Aunque, cueste admitirlo la verdad es que el intrusismo (el hecho de que gente sin el título de periodista se introduzca en el mundillo), lo único que supone para la profesión es un avance, ya que en su gran parte los “intrusos” salvo excepciones del estilo de Belén Esteban y otros muchos casos parecidos que contaminan la disciplina, provienen de otras carreras u otras formaciones intelectuales, por ejemplo el expresidente del diario ABC, José Antonio Zarzalejos, confirma provenir de una formación expresamente jurídica y considerarse a sí mismo “un periodista radicalmente periodista”; entre otros, el afamado periodista Carlos Herrera tampoco posee el título de periodista en sus manos. 

    

    El intrusismo; lo único que produce en la disciplina, visto desde un punto de vista empresarial, es una mayor competitividad en cuánto a informar se refiere, ya que esto supondrá un proceso de selección más exhaustivo para ser contratados en cualquier medio, y por tanto, entrar en el competitivo mercado del periodismo. Al haber más gente optando por un mismo puesto el más preparado es el que saldrá victorioso, y si cada vez hay más periodistas, el listón cada vez será más alto, causando así un aumento del estrés y una mayor especialización y competitividad en el profesional de la información, para que así, la disciplina vaya a mejor. Es un sacrificio que creo que debe hacer el futuro profesional de la información, para que su disciplina salga a flote y propugne cada vez un periodismo más veraz, más serio y cada vez más profesional, en definitiva, un periodismo real.

 

 

Guillermo Latorre.

11.01.2014 12:40

 

   Según la RAE, la palabra periodista, tiene dos acepciones; por un lado, periodista es quien está legalmente autorizado para ejercer el periodismo; y por otro, periodista, es la persona profesionalmente dedicada en un periódico o en un medio audiovisual a tareas literarias o gráficas de información o de creación de opinión.

 

    Siguiendo este esquema léxico; podemos averiguar, que según la primera acepción es condición sine qua non que el periodista sea poseedor de un título académico que lo acredite como tal. En cambio, inspirados en la segunda acepción, podemos concluir que periodista es la persona que ejerce labores periodísticas en su día a día sin necesidad de título alguno.

 

    Llegados a este punto, existe una discordia en el propio periodismo que podemos comprobarlo reflejado en las anteriores definiciones. Una aboga por un título acreditativo, y la otra, no lo hace; esto plantea una nueva pregunta en nuestra profesión: ¿es necesario un título de periodista o al ser una profesión meramente práctica, debe aprenderse por la praxis?.

 

    Ni los propios profesionales de la información establecen acuerdos en cuanto a este aspecto se refiere. Yo, no voy a dar solución a este amplio debate, sino que voy a exponer lo que diferencia a un periodista, de alguien que no lo es; la profesionalidad.

Hoy en día con el boom de las redes sociales, cada persona es un medio de comunicación en sí misma, a todo el mundo le gusta contar y que lo escuchen; ¿le hace esto periodista a cualquiera? Bajo mi punto de vista la profesionalidad (capacidad para contextualizar la información, para acceder a las fuentes, tiempo que puede dedicar un periodista a acceder a una información y a contrastarla etc) es lo que a uno le convierte en periodista. Sea poseedor del título o no, cualquier persona implicada y motivada, con una clara noción de lo que es la profesionalidad y lo que es un periodista, sería considerado periodista por mi persona.

 

 

Joseba Torronteras.